Cremoso, espeso, delicioso! El yogurt griego es el más rico y saciador y lo podés consumir tanto en la mañana con unas frutas, granola o copos de cereal como en las comidas, para preparar una salsa liviana y fresca (En un próximo post te enseño a hacer Tzatziki!)
Si te encanta el yogurt griego te dejo acá una manera súper fácil y económica para hacerlo
Para ello vas a necesitar:
1 litro de leche (entera, descremada, deslactosada, la que quieras)
100 cm3 de crema de leche
4 cucharadas de leche en polvo
1 pote de yogurt de la mejor calidad (tiene que ser un yogurt que te guste mucho)
Procedimiento:
Calentar la leche hasta los 85 grados (unos segundos antes de que empiece a hervir).
Incorporar la leche en polvo, mezclar y dejar enfriar hasta los 40 grados (un poquito más que tu temperatura corporal)
Agregar la crema y el yogurt, mezclar suavemente y dejar reposar en un lugar tranquilo y cálido. Para ello cubra el recipiente con papel film, envuelva con un mantel o repasador (yo tengo una bolsa de tela gruesa). Puede ser adentro del horno apagado toda la noche, o en un lugar alto en la alacena (donde hace más calor).
Luego de unas 8 a 10 horas de reposo, el yogurt estará hecho y ya se puede guardar en la heladera, pero para que se convierta en yogurt griego necesitamos hacer un paso más:
Drenar parte del líquido Colocamos una gasa o servilleta blanca en un colador, volcamos el yogurt y revolvemos ocasionalmente. En una hora habrá despedido más o menos una taza o dos de líquido (que guardaremos para hacer tortas y galletitas).
Ya está listo tu yogurt griego!
Guardalo en frascos de vidrio bien limpios en la heladera.
Se conserva unos 4 o 5 días
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